jueves, 10 de diciembre de 2015

En el magnicidio del atardecer
en aquella incertidumbre
llego un beso inesperado;
soñado y nunca olvidado
recuerdo hoy aquel pasaje lejano...


La lluvia cae sin maldad,
sin gana y sin espanto;
brotan flores con desparpajo,
por la noche animales salvajes
se adentran sin cuidado.

Aveces escribir me mata,
pues clavo puñales
Sin pensar en el daño.
Me salvo si consigo dar otro paso
Aunque sea arduo trabajo.

Arderán zarzas en mi pecho 
Y veré toda clase de milagros,
Se astillaban las cruces 
Y la carne se hará barro,
Imposible olvidar tanto llanto.