viernes, 6 de marzo de 2009

UNA TARDE DE SABADO

Canciones tristes mientras
golpea la lluvia en la ventana,
esperando una señal,
tal vez una llamada,
alguien que se acuerde
de esta alma asediada,
de esta vieja coraza,
este viejo esqueleto entrelazado,
alguien que engrase
estos remaches oxidados,
que te pase una calada de su cigarro,
alguien joder, que se sienta
contigo acompañado.


Es tan insano estar aquí sentado,
siempre enfocando hacia los sótanos,
siempre acercándote sin ser visto,
siempre pasando de largo,
como un gran tren pesado
como un barco sin puerto y sin animo,
andando por un suelo frió y gastado.

Solitario frac en el armario del siglo pasado,
distante como una carta sin remitente,
triste como un viento irreconcilliable,
que sera del vuelo del pájaro insaciable.
Como el agua estancada,
mi risa si no se gasta,
se convierte en una ridícula mueca,
en un gesto sin importancia,
igual que los besos se vuelven rancios,
y las caricias asperas espinas.

Mientras queden velas,
mientras estén estas teclas,
mientras sudar sea necesario,
y vivir siga siendo complicado,
mientras no me pueda mantener callado,
mientras este corazón siga bombeando,
ya solo puedo pedir que siga funcionando,
mientras busque aunque no encuentre;
sentiré y por eso seguiré.