martes, 26 de enero de 2010

Sabes a fruto prohibido,
a mordisco en la nalga del olvido,
a fraude de la estampita
a triste luciérnaga perdida.

A no me llames
cuando te encuentres solo,
si,ha ese reproche;
ya te lo decía.

Ha vete a tomar por culo,
otro día a ver si espabilas,
que este carro no pasa dos veces,
y esta mula se canso de tanta osadía.

Ha si buscas comprension
haz el favor no registres mi cajón;
buscate un libro,
oh una revista del corazón.

Porque un rompe olas
deja tanto que desear,
acaso escribir
es solo cosa de entendidos.


Tiene algo que hacer,
la mantequilla contra el cuchillo;
acaso el león,
no tiene derecho al mordisco

Crees que el escultor
renunciara sin su el cincel;
puede el músico,
prescindir de su instrumento.

No sera la piel,
y la sangre;
el testimonio
del poeta ajusticiado.

No mezclara el pintor,
pétalos y escarabajos
en su paleta;
para colorear sueños.

Acaso el yonqui,
no se debe a su amo;
dime si la vena,
no busca el pinchazo.

Acaso el sol
no se despereza con descaro;
y las flores arrojan
los pétalos a su regazo.

acaso la vida no es,
un triste atuendo de la muerte;
una jugada en la ruleta,
una emancipacion tardía.










Que seria de mis manos
sin el deleite de las comisuras
de tu largo tallo;

que seria de mi boca,
sin el sabor de tus raíces.

Que seria de mi olfato,
sin el dulce perfume que emana
de tu vientre;

que seria de mis ojos
sin esos soles que contigo amanecen.

Dime que seria de este
pobre errante,
de esta carcasa de incertidumbre;

que seria de la poesía
sin la atracción que en ella ejerces.