viernes, 19 de febrero de 2010

Luna que muestras tu coral,
sol que escupes aracranes
en espiral,
cuanto odio este cristal.
Monedas manchan
inocentes manos.

Amantes perversas muestran
sus pechos de estaño;
no me pidas que rece a los santos,
hoy eres mi religión y mi clero,
eres mis ganas de morir
y vivir al mismo tiempo;
eres mi huida y mi freno.

Sueño carnal que se escapa
de entre los dedos,
por ti froto mis atuendos,
por ti me vuelvo del revés
y volteo a este amante inquieto;
mi encantadora de serpientes,
mi poquito de sal,
mi aventura irracional.

incipiente alegría
porque me olvidas,
acaso me ves
con las manos vacías.