viernes, 26 de febrero de 2010

Que peligro tienes amor,
siempre achicando agua
siempre con la soga al cuello,
siempre prisionera
de un antiguo carcelero,
siempre buscando el cielo.

Que gusano atraviesa tus sueños,
que espejismo se escapara a través de tus ojos,
con que pedrusco tropezaras
y caerás de morros,
donde embarcaras sin rumbo
y sin retorno.

Donde traerás los guantes de seda,
los hilos de oro,
y las perlas engarzadas,
los libros prohibidos,
los los placeres cautivos
y el titulo nobiliario de los oprimidos.

Di me donde.