martes, 18 de mayo de 2010

Teníamos una canción
la habitación adornada de constelaciones;
el pozo de los deseos era nuestro,
teníamos un perchero
y un gato con sombrero;
teníamos en el corazón un flechazo certero.
Teníamos un restaurante
donde decirnos te quiero,
nuestra plantita de maría,
nuestra cervecita
para escapar de la monotonía;
y esa habitación donde
casi nos pilla tu padre.
Buscar el tiempo justo
para robarle aliento al viento
era nuestro único empeño;
y ya que nuestros caminos se separaron
prefiero recordarte así,
cuando eras mujer entre mis brazos,
cuando en el atardecer y en el ocaso
buscaba siempre tus manos,
cuando hacíamos filigranas en la cama;
en la retina tengo la imagen de tu cuerpo
enredada en las sabanas;
saliendo de mi cama
como una diosa romana,
Teníamos los frutos mas dulces del paraíso.
Y nuestros campos magnéticos
de repente se polarizaron¡¡¡
pero sigo diciendo;
aun después de todo eso,
que me quede con ganas de seguir amándote,
de seguir doblando tu tallo,
pues aun tengo el sabor de tu cuerpo
metido muy adentro;
desde que mi corazón,
no late con tu corazón;
siento que,mejor me lo callo.