domingo, 29 de marzo de 2009

EL PRESO

No llegaron las manos
que han de urgar en mi costal,
no cincelaron los labios
que un día me han de amar.

Por sombríos caminos
se que pasaran los pies
que me han de llevar.

Las caricias son solo viento
que has de enseñar,
los besos son cicatrices
que has de dejar.

Por hay va el carcelero
con mi nombre y señal,
sin un te quiero no escaparas.