martes, 24 de marzo de 2009

Alas atrofiadas,duras
como el cuero curtido,
damas que se agarran a los bolsillos;
dos años mas con veinticinco
me retiro,todavía tengo el cutis fino.

Y cuando te diste cuenta,
hacías cada ve menos la cama,
y no te daba para pagar la plaza,
hasta veintisiete esta vez
te lo prometo, todavía tengo duro el culo.

Mientras tanto te difuminas
en el humo del ambiente,
quieres mantener tu brillo
pero tu esplendor se hace opaco
con el roce de tantas manos.

Una batalla cruenta;
un hecho trágico;
una escena vertical de teatro;
sacándote por la puerta de atrás
con treinta te llaman vieja.

La que mas brillaba;
la que iluminaba la sala;
ahora calienta el corazón
que tanto ansiaba,
al fin amor verdadero.