lunes, 23 de marzo de 2009

De estraperlo traigo el sabor
de los amores amargos,
quien sera el valiente de saborearlos,
Quien de cocinarlos,
quien de guisarlos y confitarlos.

En hondos platos se desmenuzan
los órganos del amor,
¿quedan tostones para camuflar el dolor?

En enormes cocinas hierven
los huesos del lacayo,
para hacer un caldo con sus manos.
Entregado a las palabras,
las estrellas están cansadas
de escuchar mis parrafadas,
se olvidaron de mi almuada.

la luna no deja de darme largas,
las hadas encontraron
leves plumas donde enredar un rato,
todos encontraron donde amanecer.

llamo,¿esta Sara?
esta noche no cariño;
ha salido.